Cómo organizar una carrera inclusiva

Hay que saber que cualquier persona tiene derecho a participar en las carreras populares y más aún si estas las organiza o patrocina una entidad pública. El deporte tiene la condición de factor corrector de desequilibrios sociales.

El Preámbulo de la Ley 10/1990, de 15 de octubre, señala que el Deporte, «constituye como un elemento fundamental del sistema educativo y su práctica es importante en el mantenimiento de la salud y, por tanto, es un factor corrector de desequilibrios sociales que contribuye al desarrollo de la igualdad entre los ciudadanos, crea hábitos favorecedores de la inserción social y, asimismo, su práctica en equipo fomenta la solidaridad. Todo esto conforma el deporte como elemento determinante de la calidad de vida y la utilización activa y participativa del tiempo de ocio en la sociedad contemporánea».

De este modo, se justifica la participación de personas con movilidad reducida en dichos eventos deportivos, además este escrito del Defensor del pueblo andaluz avala dicha participación, en concreto de niños y niñas con discapacidad.

Las personas con movilidad reducida tienen el mismo derecho que las demás a sufrir un accidente durante una carrera, no obstante, en los dos años que llevamos participando, no se ha dado el caso.

En algunas carreras la organización no se hace cargo de los seguros de los niños y niñas al participar en carreras para adultos. Nosotros en estos casos lo hemos gestionado con una compañía de seguros que en el caso del maratón de Sevilla nos cobró 50 euros por asegurar a 15 niños y niñas.

Para igualar las condiciones de competición hay categoría Masculina y Femenina, y por esta misma razón pensamos que debe haber también las siguientes categorías:

  • Diversidad Funcional (Silla de ruedas autopropulsada)
  • Diversidad Funcional asistida (Silla de ruedas impulsada por otro/a persona)
  • Diversidad Funcional (Handbike)
  • Diversidad Funcional (Sensorial)
  • Diversidad Funcional (Psíquica)
  • Diversidad Funcional (Física)

Para minimizar el riesgo de accidentes y facilitar el normal desarrollo de las carreras, y como es habitual con el resto de corredores, se recomienda salir desde el cajón correspondiente al ritmo que se pretende llevar durante la carrera, evitando así adelantamientos innecesarios.

Solemos avisar a la organización de la carrera de nuestra participación.

Un ejemplo de carrera inclusiva es lo que ha realizado el IMD de Sevilla para las carreras del circuito de 10 km en donde ha sacado una normativa específica para incluir a los menores con diversidad funcional.